¿Te imaginas una boda con pocos invitados, donde se pueda disfrutar de la compañía de familiares y amigos más cercanos…en la que todos los detalles estén cuidados al máximo?
Os enseñamos cómo organizamos la boda de Ana y Toni en su increíble chalet de Rocafort, con el esplendor de una celebración por todo lo alto!
Veréis que apostamos todo al beige y verde: el jardín y la propia casa eran un telón de fondo perfecto en estos tonos, así que toda la decoración fue así.
El cocktail previo a la cena lo montamos en la parte delantera de la fachada, nada más entrar los invitados eran recibidos así. Un precioso espacio en armonía con mesas altas vestidas con mantelería en colores neutros y centros de flor. ¿Colores? Verde y blanco, como no podía ser de otra manera.
El espacio para la cena lo ubicamos en la terraza de la parte posterior de la casa… Aprovechamos los toldos para crear un espacio al aire libre pero resguardado. Aunque el tiempo en estas fechas es un poco imprevisible, tuvimos mucha suerte: llovió el día de antes y el de después, pero durante la boda brilló el sol.
El primer detallazo del montaje fue la elección de mesas cuadradas. Nos permitió colocar a los invitados de ocho en ocho, con una disposición muy cómoda. ¡Pocas bodas hay con mesas de este estilo!
Los vasos de agua, en este color y la preciosa mantelería son de La Guinda de tu fiesta y de nuevo contamos con el trabajo de Delirios Floristas. Todo aderezado junto a la increíble gastronomía de Gourmet Catering, el éxito estaba asegurado.
Como veréis no faltaron detalles para que el ambiente fuera especial, romántico y elegante…con ese punto de estilo Provenza que buscábamos.
La Candy Bar fue un reto, ya que tenía que ser elegante y continuar con la paleta de color de toda la decoración. El resultado gustó a todo el mundo! Quedó una mesa ideal con muchos tarritos y flores que combinaban a la perfección!
Como veréis nos encanta crear estilismos a través del color, y en esta boda conseguimos que el verde y beige crearan un ambiente espectacular!